14 de febrero de 2008

Días


Recuerdo el día que dejé ser joven y marcado tengo el día que empecé a ser grande. Diez años separan a uno del otro y el contexto de cada uno.

Volviendo de las vacaciones y camino a la facultad me di cuenta que nada sería como hasta entonces. Manejando por la rambla, a la izquierda tenía el mar de Punta del Este, atrás dejaba la seguridad y las ganas de la juventud y por delante, mas peligroso que la ruta, me esperaba mi futuro. En el espejo retrovisor podía divisar un tiempo de sueños que le abrían lugar a los desafíos de lograrlos.

Una acción ajena, provocó una reacción en mi. Es muy complicado aprender de los errores cuando no es uno el que los comete. Aprender de las equivocaciones ajenas es una tarea doblemente difícil. Pero tomar conciencia que nuestros actos tienen aparejado una responsabilidad, me costó el enésimo desamor y darme cuenta que yo, ya era grande.

Los dos días me encuentran distinto y condicionaron los que vinieron. Y eso me alegra, nada me fue indiferente.

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