4 de septiembre de 2008

Mayumana: ritmo repetitivo


Podría decir del show de Mayumana lo que todo el mundo sabe o espera que se diga: Que es la mayor expresión del lenguaje corporal sobre un escenario. Que es increible como los actores de la compañía israelí hacen sonido con todo lo que tocan, aunque eso suene tan redundante como obvio. O que el ritmo que baja del escenario encuentra su eco en el público, que aunque esté sentado, genera cierta energía con los aplausos y risas.

Los distintos actos que componen el espectáculo, de mas de una hora, dejan a la vista dos detalles para el espectador: la simpleza de los objetos que usan para hacer las coreografías y que el cuerpo humano mas allá de ser una máquina perfecta, es después de Mayumana, un instrumento perfecto.

Sin embargo, quiero decir que el espectáculo es sumamente atractivo y divertido. Pero no es nada que nos vaya a sorprender, mas si uno ya se adentró en la oscuridad sensorial de De La Guarda en "Villa Villa" o si transpiró al ritmo de Fuerza Bruta. Mayumana se compone del eco de sus antecesores y competidores; y eso en un show deja al espectador en un constante deja vu.

1 comentario:

Tamara dijo...

Es una descripcion muy atrapante. Tendre que interiorizarme un poco mas... logro intrigarme. Voy a ver si encuentro algo por allí.
Saludos