19 de noviembre de 2007

Cuando sea famoso *

Anoche soñé que Daniel Salzano escribía sobre mí.

Quiénes y Cuándo.

Cuando el 1979 cerraba la década mas revoltosa de la humanidad y abría paso a diez años en lo que todo cambio pero nada se modificó, el día mas argentino que cobija el signo de cáncer, vio nacer a Pablo. En los años 80, el mundo se torcería pero no se quebraría y él no sería la excepción.

Cuentan los médicos que lo sacaron de la seguridad del calor maternal para llevarlo de un tirón a la realidad, que lloraba desconsoladamente día y noche. Lo que decía el doctor, pero no así todos los libros de medicina que hay en la facultad de Córdoba, es que lo hacía por las energías que tenía.

Salvo una vez, que su madre, grande y primeriza en la crianza, le diagnosticó una enfermedad severa. Cuando en realidad su pediatra, el viejo Solowski, que sabía más por sentido común que por las extensas guardias de hospital, le diagnosticó “síndrome del zapato que ajusta”.

Los llantos serían un preludio de lo que generaría su boca. Autor de grandes frases desacertadas en momentos inoportunos, pero a la vez una propaladora de duras verdades que hirieron a varios seres queridos. Sus palabras, en uno u otro lado de la incomodidad humana, tenían el mismo fin, la verdad. De sus sonidos se armó una personalidad que generaría cualquier tipo de sentimiento, menos la indiferencia. O lo amas o lo odias.

No consta en acta, pero lo anotaron un año antes en el colegio en complicidad de una directora amiga de su madre y de un documento en que la L de julio mutó de manera extraña por la N de junio. Sus padres lo veían inteligente, la psicóloga, les dio la razón. Pero, Pablo al igual que la canción de los Redondos de Ricota sabía que siempre fue menos que su reputación.

Su energía encontró catarsis en la infinidad de actividades que desempeñó. El regaño preferido de sus padres fue que “se llevaba el mundo por delante queriendo hacer todo”. Pero hizo todo lo que quiso y quiso todo lo que hizo. Los que lo conocen cuentan que cuando no tenía ganas directamente dejaba las tareas y que si se encargaba de las mismas, era porque en el fondo siempre creyó que él solamente podía con las cosas.

Posiblemente continúe....



*: texto escrito para mi curso de orientación vocacional de 1998 y corregido para la oportunidad.




3 comentarios:

Maripi dijo...

BUEN TEXTO!
muy buen texto!!
es autobiográfica la mano??
me gustó mucho!

Anónimo dijo...

muy bueno tu blog pablo!!! me encanto, la verdad no conocia tu faceta escritora, muuuy grosa... seguí así! congrats...

Anónimo dijo...

Carolina me alegra que te haya gustado el blog. Espero seguir viendote por aca.
faceta escritora? conoces otra?

Saludos.