30 de julio de 2008

Tropezar con la lectura

En el verano de 1996 yo empezaba a interesarme por la lectura. No llegué a agarrar un libro porque me lo había exigido la profesora de literatura del secundario sino por un deseo personal.

Tras abandonar a las 30 páginas de Marianela, una novela que solo una soltera de 50 años podría leer y una mala madre recomendar, me topé con un libro que afianzó mi amor por la lectura.

Luego de leer: "el día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo", no pude parar hasta la última página del libro. No solo conocí la lectura, sino que en el mismo momento me adentraba en el realismo mágico, género que hasta la actualidad me acompaña en algún viaje que realizo.

Los tiempos que corren han "agiornado" mi lectura y por momento las hojas de papel han mutado a un monitor de 17 pulgadas. La infinidad de hipervinculos que me llevan de un lado a otro de la web me hicieron leer este primer párrafo: "Mi weblog se llama Orsai. Puedo decir sobre él que no tiene iconos ni dibujos, que no tiene por costumbre incluir enlaces hacia otros blogs ni a páginas de mi interés, que no posee menú de navegación a izquierda o derecha, que no utiliza publicidad, que no ofrece un reloj que indique la hora en mi país de residencia, que no tiene entradas diarias, breves e informativas, ni videos de youtube, ni fotografías de paisajes, ni de mujeres desnudas o vestidas. Mi weblog es blanco con letras negras. Y hoy cumple tres años".
Este fue el comienzo de mi pasión por un escritor magnífico de internet a quien admiro mucho y el cual me llevó a pasar toda esa una noche leyendo sus artículos sin parar.


Hace unas noches comenzó mi dolor de cabeza. Desde que leí "Ayer tendría que haber matado a mi madre y a mi hermana, pero en vez de apuñalarlas, me comí medio lemon pie y lloré", paso varias horas a la noche, frente a la computadora, leyendo una historia que me atrapó como pocas y que como pocas me producen una cansancio y unas ojeras notorias al día siguiente.

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