30 de julio de 2008

Reforma jubilatoria: una vergüenza mas*


Entre imágenes que remontan al virulento julio de 1995 cuando se precipitaba el final del gobierno de Angeloz y manifestantes destrozaban la Casa Radical, el gobierno de Juan Schiaretti aprobó la Reforma Jubilatoria.

Lo hizo porque la provincia se hunde en una crisis por la falta de fondos y en menos de dos semanas debió modificar el régimen previsional y a aumentar los ingresos brutos. Pero a diferencia de lo que indica el manual del político, esta vez no puede cargar contra la "pesada herencia" de su antecesor. Es que él fue Ministro de Producción y Finanza en la primera gobernación de De la Sota y vice de este último en su segundo mandato.

Por eso, el único argumento que le queda es que se aprueba esta Ley porque la Nación no manda los fondos para cubrir el déficit de la Caja de Jubilaciones. Es verdad que la Nación no envía fondos acordados, pero también es verdad que los desmanejos internos de la provincia propiciaron una excesiva dependencia con el gobierno central. Pero Schiaretti es tan responsable de ese déficit y de los 12 mil millones de pesos de deuda provincial, como todos los que pasaron a lo largo de los ocho años del "delasotismo".

MANO DE YESO. Los "ex ministros por un día" Massei y Elettore votan la reforma.


Mientras tanto, apostó a la lógica peronista: encolumnó a sus políticos a la hora de votar para evitar la disidencia aunque eso signifique hacer una "movida" para que dos funcionarios sean legisladores por un día y reemplacen a los díscolos. Esa misma lógica, que roza la contradicción, llevó a los legisladores de Union por Córdoba a votar, en menos de un mes, en contra del aumento a las retenciones a los granos en la nación, en contra al aumento de tarifas de la municipalidad pero a aprobar el aumento de impuestos en la provincia.


* Esa contradicción genera que este texto sea la continuación de este post que lleva un título parecido y siga justificando a este otro.

Foto: primera foto de Telam, segunda de Leo Luna para Comercio y Justicia.

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