7 de diciembre de 2006

Más que nunca... nunca más


La chica cursa el primer año de la carrera de abogacía y la charla va por todos los temas que se tratan cuando dos personas se están conociendo. Los tópicos son variados y mutan según las preguntas que cada uno de los intervinientes lance al otro. Este tipo de conversaciones son las mejores: cada respuesta que se da, sorprenderá porque nada sabe uno del otro y todas son primeras impresiones.

En un momento ella dispara: “¿sabías que en la dictadura no hubo 30.000 desaparecidos, sino menos?, lo dijo un profe en la facultad”...

Yo que creo tener respuesta para casi todo, tuve en cambio, mil preguntas para hacer. ¿Qué número de muertes justifica un terrorismo de estado? ¿Por qué se esfuerzan en centrarse en la cantidad, cuando el problema es otro? Todos los mecanismos del estado a la orden de la represión ideológica, ¿no es un genocidio? ¿Por qué la justicia demoró 23 años en encuadrarlo en ese aspecto jurídico? ¿30.000 es una cifra redonda que ha calado hondo en el inconsciente? ¿Cuan presente tenemos esa época? ¿Ningún estudiante universitario (con espíritu crítico, supuestamente) le preguntó algo al profesor? ¿En el cuarto oscuro pensamos que muchas personas dieron su vida y pelearon por ideales para que uno este ahí?.

¿Cuan indiferente nos puede ser el pasado reciente? ¿Hasta cuando nunca más?. La única respuesta, es que ante el pasado tan presente con la desaparición de Jorge López... más que nunca, nunca más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es extraño lo de las evaluaciones a posteriori. Acá en Chile, queda la sensación que mucha gente considera la dictadura "no tan mala" o de plano un buen período de nuestro país porque se dio una estabiliad económica que nos ha permitido entre otras cosas tener una caapacidad de endeudamiento impresionante y estar en el ranking de los países menos felices del mundo.. por decir algo. Lo mismo me pasa con el comentario de que "no fueron 30.000" que has consignado.
Es decir.. si son 29.000 es menos brutal? o si son 1500? aún más, yo creo que si fuese sólo uno el desaparecido, ejecutado, y torturado igualmente algo anda mal.
A veces me asusto de las "evaluaciones cuantitativas de la gente"Como si no supieran contar y lo que es peor, como si no consideraran que ese conteo no es de granos de arena, son personas. Personas que fueron vejadas, asesinadas, mutiladas, electrocutadas, fusiladas. Personas con sueños, personas a quienes amaban otras personas que se han quedado sufriendo, esperando, pidiendo respuestas.
Me parece de una conformidad deshumanizante.
Saludos desde Santiago.