17 de diciembre de 2007

Justicia ciega

Julio López está desaparecido desde el 17 de setiembre de 2007. Fue el testigo clave que permitió condenar a Miguel Etchecolatz, en el primer juicio por genocidio tras la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

El lunes 18 de septiembre Julio López debía presentarse en el juicio contra el ex comisario de la Policía Bonaerense en tiempos de la dictadura Miguel Etchecolatz, quien además ofició en la práctica como el segundo del recordado Ramón Camps, en una de las etapas más perversas y aberrantes de la represión ilegal.

A López lo protegía la policía bonaerense. Sí, la misma que él estaba denunciando.

Hoy tres meses después el diario Clarín informa que relevaron al jefe de la Prefectura, Carlos Fernández por las relajadas condiciones de detención que tenía el represor que apareció muerto hace una semana, Héctor Febres, mientras era juzgado por su accionar en dictadura.

En su lugar de reclusión Febres "tenía un televisor con DVD, computadora, celular y un chofer", y "salía de su habitación doble, con balcón, a propia voluntad".

Febres estaba detenido en una
dependencia de la prefectura en el Delta. Sí, la misma de la que él formaba parte.

Tristes coincidencias de la justicia. Dignas de una justicia ciega y no de la manera que todos queremos.

1 comentario:

Macedonio Strangiatto dijo...

Anotale otro lector tuyo a Pía, Pablo!.

Un abrazo.

Macedonio.
(http://camarag.blogspot.com).

P.D: Un viejo adagio de la política vernácula reza: "Para los amigos todo, para el resto... sólo la Justicia"